Una mamada imperturbable

Con la tarea de darle placer a su novio (o amigo receptivo). Atención a la manera en que la compañera de piso rubia entra en escena al salir de la ducha y sigue actuando con toda normalidad mientras la pareja sigue a lo suyo. De hecho un diría que la muchacha estaba disfrutando de la circunstancia a juzgar por la cantidad de veces que vuelve a asomarse al salón, mirando sin disimular mucho e incluso conversando con la pareja. En una película porno habría un 100% de posibilidades de que la rubia curiosa se uniese a su amigos y entre las dos le diesen al tipo una mamada doble de ensueño, algo que desgraciadamente no sucede nunca en la vida real, incluso aunque parece claro que a la observadora no le faltaron ganas.

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