La elegancia de un lésbico grupal

El primer segmento de esta maravillosa escena para Reality Kings deja de manifiesto cierta inspiración en el porno europeo de los noventa, más preocupado de la opulancia desatada y la belleza extrema de sus felactrices que del talento de estas y del nivel de cerdería alcanzado. Por suerte, ya digo, esto solo ocurre en una primera parte muy à la Andrew Blake, y después la cosa se vuelve algo más cercana haciendo que el intercambio de fluidos entre Dani Daniels, Nina James, Sammie Rhodes y un nuevo descubrimiento de los ogasmátricos como la arrebatadora Malena Morgan (que prontó empezará a hacer escenas con chicos) resulte algo tan sucio como debe ser.

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