Nunca hubiéramos dicho que Piper Perri llegaría muy lejos después de sus primeras escenas, donde primaba por encima de todo la extrema pequeñez de su cuerpecito pálido y el morbo indudable que eso desprendía, pero no parecía el tipo de novata empeñada en convertirse en una profesional reputada dentro del mundillo. Al parecer la rubia de los brackets y el 1,45 de estatura nos piensa llevar la contraria: su último trabajo es una escena para Colette (el alter ego hardcore de X-Art) que no toda están preparadas para realizar: un gangbang interracial contra cinco afrosementales que podrían partirla por la mitad sin esfuerzo.
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